La tribu Vadi, del estado de Gujarat (India), se denomina “tribu de las serpientes” porque comen, viven y duermen con serpientes y consideran a las serpientes venenosas como miembros de la tribu. (Nguyet Han)
Esta es la tribu considerada la más amante de las serpientes del mundo, pues durante muchas generaciones han convivido con serpientes venenosas.
Esta tribu es también la cuna de los encantadores de serpientes, unos maestros excelentes que han difundido su arte por toda la India.
Ser capaz de hipnotizar a las serpientes no es fácil. Los niños de Vadi serán guiados por sus padres y abuelos a partir de los 2 años.
Cuando son pequeños, los niños de Vadi conocen las serpientes. Comen, duermen y juegan con serpientes venenosas.
Los visitantes del pueblo donde vive la tribu Vadi verán niños llevando serpientes alrededor de sus cuellos y caminando.
Todos los niños de Vadi deben asistir a una escuela del pueblo para aprender a ser encantadores de serpientes, un curso que dura hasta 10 años.
Las niñas aprenden a domesticar serpientes venenosas en la naturaleza, a cuidarlas y a conocerlas y estar cerca de ellas.
Los niños aprendieron a tocar la trompeta para hacer que la serpiente enrollada en la caja se levantara y se balanceara al ritmo de la música.
Aprender hipnosis con serpientes no es sólo una cuestión de dinero o diversión, sino que es una medida de la madurez de un niño.
Los niños de Vadi pueden jugar con serpientes venenosas sin preocupaciones, porque han sido alimentados con un tipo de hoja que neutraliza el veneno.
Los vadi tienen en alta estima a las serpientes y, aunque las capturan en estado salvaje para domesticarlas, no las tienen consigo más de siete meses.
La gente de Vadi cree que si mantienen serpientes durante más de 7 meses, encontrarán formas de dañar a las personas.
Debido a esta horrible costumbre, el gobierno indio ha prohibido al pueblo Vadi vivir con serpientes.
Sin embargo, esta tribu se opone firmemente al gobierno, porque su costumbre de vivir con serpientes existe desde hace miles de años y es una tradición indispensable.
