Durante un viaje a la reserva de animales Sabi Sand en Sudáfrica, el empresario Jors Dannhauser, de 56 años, y su familia tuvieron la suerte de presenciar la caza de una de las serpientes más venenosas y peligrosas del mundo.
Esa noche, el Sr. Dannhauser regresaba al hotel para descansar después de un largo día de vagar por los caminos del desierto cuando de repente se encontró con algo extraño.
Al mirar con atención, Dannhauser se sorprendió al descubrir una cobra real deslizándose por la carretera, con un lagarto a su lado.
Sabiendo que sería un buen espectáculo, el empresario inmediatamente sacó su cámara para capturar las mejores imágenes.
La cobra real es la serpiente venenosa más grande, cuyo nombre científico es “Ophiophagus hannah”, que significa “devorador de serpientes” en griego.
No es casualidad que tengan ese nombre, pues de hecho la comida favorita de la cobra real son los de su propia especie.
La cobra real no sólo es el rey de las serpientes, sino también el terror de los reptiles, incluidos los lagartos.
Al igual que en el vídeo, la serpiente no se apresuró a atacar, sino que se tomó el tiempo de observar el comportamiento de su presa. No se sabe si fue por la presión del cazador o si fue mordida y envenenada, pero el lagarto no mostró señales de huir o defenderse, simplemente se quedó quieto y soportó el ataque.
La cobra real, más tranquila, decidió actuar. Se lanzó hacia delante, enroscó todo su cuerpo alrededor del lagarto y luego utilizó toda su fuerza para morder a su presa.
Acércate a tu presa.
Los lagartos tienen una piel gruesa que los hace inmunes al veneno, sin embargo, cuando se enfrentan a una cobra real, ese escudo se vuelve inútil.
La mordedura venenosa de la cobra real penetra el cuerpo de la presa, haciendo que toda resistencia se debilite gradualmente.
El veneno de la cobra real es principalmente una neurotoxina, que incluye neurotoxinas, citotoxinas y algunos otros compuestos. Estas sustancias pueden dañar el tejido nervioso y desactivar las células. La cobra real es capaz de inyectar una gran cantidad de veneno, alrededor de 200 a 500 mg, en la víctima en una sola mordedura. El veneno de la cobra real causará pérdida rápida de la visión, parálisis, seguida de insuficiencia respiratoria, paro cardíaco y muerte.
Utilice el movimiento definitivo para enrollar a la presa y luego tragarla entera.
Finalmente, a la serpiente solo le queda completar una tarea simple pero aterradora: tragarse a su presa ante los ojos del espectador.
A diferencia de otros carnívoros, las serpientes no tienen mandíbulas, solo tienen dos colmillos. Las serpientes comen tragándose a sus presas enteras porque sus mandíbulas pueden abrirse de forma flexible 180 grados.
Una cobra puede tragarse una pitón tan grande como ella misma, o un pájaro diez veces más grande que su cabeza.